Livin' La Vida Aurea

19 agosto 2008

La Respuesta Capítulo I: Las Flores

Ya me acostumbre, uno no debe de acostumbrarse a esas cosas, pero el olor a sudor al llegar a la casa ya no me molesta. De todos modos no importaba cuanto limpie o cuantas flores compre,es inevitable: Pablo y su olor a suadero.
Yo nunca uso ese tipo de definiciones, pero Karla la uso el otro día, y la verdad es que se quedó dando vueltas en mi cabeza un buen rato. La próxima vez que me diga algo, la uso contra él, pensé.

Así no era cuando nos hicimos novios. No olía a suadero. Su olor era único, el olor que me hizó enamorarme de él. Entonces todo era olores bonitos y mariposas en las panzas. Ahora todo huele a su sudor y a mi sangre. La sangre huele.

El olor a sudor es lo de menos. El "cuarto" en el que me fue a meter da vergüenza; creo que el relleno entre los tabiques son periódicos, y todavía tenemos que calentar agua para bañarnos.
Todavía no hemos comprado la tan esperada estufa, y sigo cocinando en la parrilla, para sus nervios. Siempre pide de comer cuando ya tiene hambre, pero en la parrillita la comida se tarda mucho en cocinar, para cuando esta lista el ya esta berreando como una bestia. A veces es mejor ya llegar con la comida, aunque me tarde un poco, y eso provoque un ataque de celos de su parte.

Hoy no quiero llegar. Hoy siento asco, tanto asco cuando pienso en su olor. Flores ya no voy a comprar, porque luego se pone loco, y me grita preguntandome quien me las dio.
O mejor si compro flores, así, si se enoja, igual y me da un trancazo en la nariz y me la rompe, así por un rato no tendré que oler su maldito sudor.

Elsa.