Livin' La Vida Aurea

13 julio 2016

Kioto: El Bosque de Bambú, Inari-san

Hola!

Si se acuerdan, andábamos en Arashiyama en Kioto en la búsqueda del Bosque de Bambú. Después de habernos perdido y después de vagar por el Santuario de los Macacos ya se nos estaba haciendo tarde, aún teníamos que encontrar los bambúes y después dirigirnos a Fushimi Inari-taisha. 





Caminamos por una buena media hora por Arashiyama, en dónde también comimos y compramos algunos souvenirs antes de por fin ver bambúes. El área en el que este bosque esta localizado es llamada Sagano. 





Entre más se camina más maravillosa se convierte la vista. 


Durante muchos siglos el bambú fue en Asía la materia prima número uno por preferencia. No solo le han encontrado usos en la construcción de sus hogares y creación de diversos artefactos, si no también lo han convertido en parte de sus dietas diarias. 



El sonido que crean los bambúes al chocar uno en contra del otro es extremadamente relajante. Entre más profundo en el bosque nos encontrábamos más silenciosos nos volvíamos.




Por favor, cuando vayan a este lugar tan maravilloso, no rayen a los pobres bambúes y ya que andamos en esas no rayen a los árboles. Hay otras formas de conmemorar sus noviazgos de 7 meses. 


A mí aún me siguen sorprendiendo los contrastes en Japón, como algunos lugares a veces se sienten como un asalto a tus sentidos y otros son un templo de tranquilidad y paz.

Salimos de ahí super relajados y muy felices con nuestra visita a Arashiyama, aunque todavía nos quedaba la mayor parte del día. Y todavía nos faltaba Fushimi Inari-taisha伏見稲荷大社 y ya me estaban comiendo las ansias. 


Media hora de viaje de tren más tarde y por fin llegamos. 


                                                                    Selfie pa'l Face. 




              Así es, aquí es donde toma lugar esa emblemática escena de "Memorias de una Geisha".



Qué andaba haciendo la chamaquita corriendo ahí? Pues quien sabe, pero esa escena se le ha quedado grabada en la mente a muchas personas.


El santuario principal Shinto fue construído en 711 A.C. Los casi 10'000 toriis se han ido agregando a lo largo de los años, hasta el día de hoy. Hay 4 santuarios más a lo largo de la montaña Inari-san.


Estos portones se encuentran a la entrada de los santuarios Shinto, representando la transición entre lo pagano y lo sagrado. (Sí, ya les había contado eso, pero les quería dar una refrescada)



El recorrido entero de la montaña, los toriis y los 5 santuarios toma alrededor de 3 y 4 horas, dependiendo de las masas de gente y que tan rápidos sean al caminar. Nosotros solo llegamos al tercer santuario, más o menos a las 2 horas y media del recorrido, porque ya estábamos muy cansados y alguien, que no era yo, no llevaba zapatos cómodos. Así que lleven zapatos cómodos. 




Sus tablillas para las oraciones son en forma de zorros, kitsune 狐, un animal con mucha importancia en el folclore japonés. Kitsune es relacionado con el dios Shinto Inari, por el cual fue nombrado la montaña, que es el dios de la agricultura, por lo mismo de la fertilidad y de los zorros. Según el folclore japonés, el kitsune tiene la habilidad de convertirse en una mujer joven, tal vez hasta en un geisha. 


Quisiera regresar y pasar ahí todo el día. 


Por muchos años yo había tenido la fantasía de ir a Kioto y poder ver este lugar tan maravilloso y lleno de magia. Salí llena de energía y alegría para el año entero. 


En la bajada de la montaña nos toco ver un poco de sakura, cerezos. La temporada de sakura apenas comenzaba en Kioto a finales de Marzo. 



                         Así me pongo yo también cuando no me dan de comer a mis horas.  



Hay oportunidad de comprar souvenirs típicos de Kioto, como esta Hello Kitty gigante vestida en su yukata con estampado de sakura. 

Al día siguiente, nos despertamos, otra vez super tempranísimo, para poder ir a desayunar el pescado más fresco de la vida en Mercado Nishiki.





Comimos muchísimas cosas, pero me faltaron brazos para tomarles fotos. Me tocó comer un pastel de pescado, pescado frito, el atún crudo más fresco y delicioso que jamás me ha tocado comer, y este camarón empanizado. Todo había sido pescado unas horas antes.


Después de comer en el mercado, nos dirigimos a la estación de tren, para tomar el shinkansen de regresos a Tokio. Caminamos por un parque en donde pudimos ver más sakura.



Si tienen pensado venir a Japón, vengan con tiempo suficiente para poder ir a Kioto, de verdad que no se van a arrepentir, es un lugar maravilloso que aún conserva tradiciones muy bonitas del Japón de la antigüedad que Tokio no ha logrado conservar. Esta a solo 2 horas de Tokio, así que hasta podrían ir y regresar el mismo día. 

Espero hayan disfrutado todas estas fotografías y que les haya metido el gusanito viajero por ahí, y después de verlas vayan a poner una moneda en la alcancía para los viajes. 

Mata!

1 comentario:

Judith dijo...

Que hermosura de imágenes y experiencias para tu vida. Ayer que publicaste ese video tan chistoso, pensé en los contrastes de su cultura.
Gracias por compartir.